La diminuta ave de 9 a 10 centímetros fue descubierta en Honduras en 1880 en bosques tropicales muy secos y redescubierta hasta 1988 por dos ornitólogos que visitaban el país para hacer un libro sobre aves de México y Centroamérica.
El esmeralda habita en bosques secos del Valle de Aguán y Agalta en Olancho. En 1994 fue visto en San Esteban, Olancho. Hace 73 años fue visto en Santa Bárbara y en Cofradía, Cortés.
Conservar el hábitat del Colibrí Esmeralda es una forma de protegerlo y para eso el Gobierno de Honduras ya ha tomado buenas medidas como por ejemplo financiar junto con el Gobierno de España un proyecto de protección en el cual ambas naciones han aportado los recursos para el financiamiento del Proyecto denominado “Manejo Sostenible de las Inversiones y Servicios para el Control y Mitigación del Impacto Ambiental de la Carretera San Lorenzo-Olanchito en el Bosque Muy Seco Tropical del Valle del Aguán (hábitat del Colibrí Esmeralda hondureño)”.
El proyecto pretende prevenir los efectos e impactos ambientales en el Bosque Muy Seco Tropical causados por la construcción de la carretera San Lorenzo – Olanchito y otras intervenciones externas, de manera que se pueda mantener un área protegida para el ave endémica y demás especies en peligro de extinción.
Según los especialistas, la situación actual del Colibrí Esmeralda pone de relieve la destrucción de su hábitat, el bosque espinoso y seco tropical del Valle del Aguán, en Honduras, zona que ha sido perjudicada por el pastoreo de ganado y plantaciones de piña.
Por medio del proyecto se elaboró y puso en práctica un Plan de Manejo Ambiental, con el cual se pretende fortalecer las capacidades humanas y físicas de los miembros de las organizaciones involucradas en su ejecución, asegurando así su participación con mejores capacidades para la conservación de este ecosistema, durante y después de la realización del proyecto carretero.
Asimismo, se implementó un Programa de Pago por Servicios Ambientales (PPSA), que funciona por medio de un fideicomiso, con el fin de facilitar la puesta en práctica del Plan, con una cobertura inicial de 1,993 hectáreas. También se realizó la remodelación del Centro de Visitantes del Colibrí Esmeralda. Educar a la población sobre cómo proteger al Colibrí sería también una buena medida para preservarlo y que salga de la categoría “en peligro de extinción”